Tradicionalmente a continuación vienen los ataques semilibres, que a diferencia del grupo anterior, el entrenador, además de organizar la posición inicial, también estructura el movimiento de jugadores y balón, es decir, concreta las opciones (más o menos abiertas) que se pueden dar en la gestión del sistema. No obstante, en este caso, sigue siendo responsabilidad del jugador identificar la situación de superioridad existente en el juego para elegir la culminación óptima. Éstos son los sistemas de juego por conceptos. Permite crear situaciones de juego de superioridad que al estar previamente entrenadas, y son provocadas concientemente en la competición, los jugadores saben cómo resolverlas consecuentemente. Permite la utilización de combinaciones tácticas grupales de mayor complejidad (lo cual sería muy difícil en el Juego libre, al necesitar de la coordinación de 3 o más jugadores en espacio y tiempo). El entrenador puede basar la gestión del sistema en los puntos fuertes de su propio equipo, y es utilizable con mínimas modificaciones ante diferentes tipos de sistemas defensivos. No obstante, la repetición de combinaciones nos hace algo vulnerables a los scoutings, a pesar de no existir gestemas específicos. Un ejemplo tradicional de este tipo de sistemas es el conocido “ataque Flex”, los movimientos llamados de “triple poste”, o el sistema shuffle, entre otros.
Finalmente en el último escalafón estarían los sistemas de juego sistematizados o estructurados, en los que el entrenador tiene previsto, prácticamente al milímetro y al segundo, los movimientos concretos de cada jugador así como su sincronización, es decir, todas la combinaciones, junto a las posibles culminaciones asociadas a cada combinación táctica. Incluso hay entrenadores que castigan el que un jugador se salga de las estrictas secuencias establecidas. Permite trabajar sobre los puntos fuertes de nuestros jugadores estrellas, y prever las mejores opciones siendo también conscientes de los elementos a evitar. Con alto volumen de entrenamiento, permite dominar las situaciones de partido previstas. Desgraciadamente es fácilmente detectable por los scoutings, y determinados jugadores priorizarán el desarrollo del sistema que la posibilidad de aprovechar una ventaja consistente y culminar. Si un equipo no tiene otras alternativas, ante defensas que anulen nuestras combinaciones, comportará la incapacidad de nuestro ataque para anotar. Como no, dentro los sistemas estructurados podríamos identificar una clasificación en función de diferentes aspectos, que no es el objeto de este documento, además que cada vez están más en desuso.
terça-feira, 20 de maio de 2008
Táctica ofensiva (4ªparte)
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